sábado, enero 16, 2010

El dinero no lo soluciona todo

Los griegos extendieron sus colonias por las costas del mediterráneo, y con sus colonias viajaron sus costumbres, sus ideas y por supuesto, su dinero.

Los romanos, pueblo práctico si los hubo, adoptaron rápidamente ese invento. Y nos legaron la palabra que hasta el día de hoy lo nombra: moneda. La diosa protectora del dinero era Juno, una de las tres deidades capitolinas, en su versión de Juno Moneta. Su nombre proviene de un golpw de suerte que tuvo Roma en el siglo IV ac- Fueron los gansos sagrados que habitaban los alrededores de este templo los que con sus graznidos avisaron a Roma de un ataque nocturno de los galos en el 390 a.c....de allí que el "monere" de estos gansos salvó a Roma y dio el nombre a esta diosa. Y como las monedas romanas se acuñaban junto al templo...voila! nació el vocablo moneda. Resulta sugestivo que Juno era, por sobre todas las cosas, la diosa del matrimonio y de la fertilidad y a la vez se la considerara protectora de las riquezas del imperio.

Pero bueno, los romanos eran prácticos pero muy malos en la gestión de sus riquezas. Cada connquista engrosaba el tesoro romano pero esa riqueza era rápidamente dilapidada en gastos suntuarios y en mantener las legiones que debían proteger los territorios conquistados...El presupuesto militar subió con la creciente importancia de la caballería, así como subió el déficit comercial, pues Roma no fabricaba prácticamente nada que pudiera exportar a otros reinos. Por ello exportaba lingotes y monedas a cambio de los bienes del Oriente.

El imperio trajo consigo otros problemas fiscales cuyas consecuencias se sienten aún hoy: el pago de los servicios a los funcionarios públicos, que durante la Républica eran ad honorem. El permanente aumento del gasto y la sangría de moneda originó los numerosos cambios administrativos del imperio, su fragementación en provincias más pequeñas manejada por césares asistentes de los emperadores. Pero tal como sigue sucediendo, esas reformas no reducían el gasto público pues la burocracia seguía aumentando con cada subdivisión....

Paralelamente a esto los emperadores empezaron a hacer trampitas con la moneda, inaugurando una tradición que llega hasta nuestros días. Nerón comenzó reduciendo el contenido de plata de las monedas: con una libra de plata pasó de producir 84 denarios a producir 96, y el estado se quedó con una "utilidad" de 15%.....Con este adicional de plata (y también de oro), pudo aumentar el gasto por un tiempo sin elevar los impuestos.

Así empezó una real devalaución de la moneda romana, que para la época de Cómodo ya había perdido un 30% de su valor y con Septimio Severo perdió otro 20% más. Menos de 100 años más tarde la moneda había perdido casi todo su contenido de plata....(tenía 1/150 del contenido original!!)

La consecuencia obvia de esto fue la inflación: el trigo pasó de valer medio denario en el siglo II a 100 denarios a fines del III

Esto no podía traer más que problemas. Pero Roma tenía todavía un poder que la libró temporariamente de las consecuencias de este desmanejo...sólo temporariamente

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen artículo