viernes, septiembre 01, 2006

Circularidades

Pippoeconomicus comenta en su blog sobre la circularidad del razonamiento que argumentan quienes evaden impuestos, diciendo que los mismos no se traducen en buenos servicios, y con su evasión logran que dichos servicios sean efectivamente malos. Y concluye que a los empresarios les conviene pagar y que hayan mejores servicios, pues de esa manera sus costos se reducen (pippo, disculpá la grosera simplificación)

Cualquier persona mínimamente lúcida entiende que ninguna empresa gana en una sociedad con excluidos. Y cualquier estudiante de 2do grado maneja la capacidad de cálculo necesaria para entender que si los servicios que brinda el estado en forma gratuita fueran brindados eficientemente esto redundaría en un menor costo para los trabajadores y por ende en una menor propensión a pedir mayores salarios (o en una mayor capacidad de consumo o de ahorro).

El problema es que lo que en teoría es así, en la práctica se ve distorsionado por la inacabable capacidad del estado argentino para malgastar los recursos fiscales, para asignarlos erróneamente y para quedarse con vueltos exorbitantes. Dado que esta incapacidad del estado para usar bien los recursos fiscales termina resultando en servicios públicos deficientes que no reducen los costos reales de los trabajadores o los reducen de una forma menos eficiente que un subsidio directo, y dado que esta ineficiencia parecería ser una característica intrínseca del estado, es lógico que mucha gente encuentre allí la excusa para evadir los impuestos con una menor carga de culpabilidad.

¿La solución? en lugar de que el estado brinde servicios gratuitos o subsidiados a todo el mundo, ricos y pobres, (estupidez de la que solo podemos excusarnos por estar acostumbrados, pero cuya inmoralidad es solo superada por su irracionalidad), dejemos que los privados den los servicios a precios de mercado y demos subsidios directos a aquellos que los necesiten. De esa forma el dinero va directo a quien lo necesita sin pasar por los intrincados laberintos de las estructuras públicas, en cuyas fisuras tiende a disiparse, y en cuyos mecanismos su traslado hasta el usuario final se ralentiza hasta detenerse en algún bolsillo impropio.

Detrás de la evasión hay una sospecha de ineficiencia y robo. Quitemosle esa excusa a los evasores.

9 comentarios:

Ulschmidt dijo...

Yo considero que evadir impuestos es un acto patriótico.
Al márgen de ello, y aceptándo la hipótesis de que estuviese equivocado, me atrevo a decir que el sistema centralizado de captación y distribución de impuestos ayuda mucho a la cultura evasora. Si tuviese yo la convicción de que mis aportes van a la escuela de mi hijo o el hospital de mi zona - no digo que nos reunamos a votar los vecinos el destino de las partidas, eso ya sería Escandinavia !! - puede que pagase mas contento. Pero no lo sé. Si me paro a hablar con el Intendente del pueblo me dice que los impuestos locales son una miseria y que él depende de la coparticipación o de los recursos que consigue haciendo política ante la Gobernación para manejarse. Si lo escucho al Gobernador, se vive quejando del poder central. Si leo el diario veo que el poder central se ocupa en aumentar los recursos no coparticipables ( retenciones, impuesto al cheque) para manejarlos con toda discrecionalidad, contra beneficios políticos.
Esa es la visión ancestral, ya colonial y virreinal, que tenemos del impuesto: una gabela que impone el Soberano para su beneficio y no los recursos compartidos de la comunidad. A nuestra clase política le gusta que tributemos como si fuera lo segundo pero manejarlos como si fuera lo primero.

Anónimo dijo...

Mientras no exista una democracia auténticamente participativa, un modo de desobediencia civil ante los gobernantes inescrupulosos y corruptos, como los que nos agobian hoy mismo sin ir más lejos, es el no pagar impuestos y no se diga que esto nos perjudica ni más ni menos que el hecho de mantener a estos parásitos depredadores que pretenden mantenernos en la necesidad de votarlos en cada reelección que se les da la gana.

Anónimo dijo...

nunca estuve de acuerdo con ulrico, savo en esta, la verdad, pal nobel

Anónimo dijo...

y evadir es patriotico, el impuesto directo no pagado vuelve como indirecto via consumo, con lo cual movilizas el aparato economico

il postino dijo...

jajajaja

realmente creo que a menor cantidad de impuestos, mejor es una sociedad

pero también creo que si hay una regla, debemos cumplirla.

Y si no nos gusta, luchar para cambiarla. Pero no cumplirla le da razones a los imbéciles que piden más impuestos

Anónimo dijo...

Y no solo es un tema de impuestos:
Vos pondrias en tu declaracion de bienes personales cuanto tenes en dolares en la caja fuerte??? Vos crees que el estado bananero de kirchner es serio como para proteger esa informacion desde el funcionario que lo recibe hasta el que administra esa base de datos?
Yo ni en pedo declaro, esos datos pueden ser usados para secuestrarte, perseguirte, etc.

Anónimo dijo...

La clave para entender la evasión de impuestos está en dilema del free rider y no en todas las demas excusas justificadoras.

el_bost dijo...

Yo creo que la recaudacion de impuestos no depende de la calidad de los servicios que presta el Estado y se basa en la capacidad cohercitiva del mismo (si se considera esta capacidad como un servicio, olvidarse de la primera parte de la oracion).
La gente (empresa) nunca va a pagar los impuestos con felicidad. Y tampoco lo va a hacer especulando con que el pago redundara en una mejora en la situacion propia, porque la evasion individual nunca va a afectar significativamente la calidad del servicio global y, por ende, del servicio recibido (falla de coordinacion).
Si es una cuestion de quitar una excusa para sacarse la culpa por evadir, siempre va a aparecer otra, si es que hace falta.

il postino dijo...

el_bost, es cierto que la capacidad coercitiva del estado es un factor importante....sin embargo, a igual capacidad coercitiva estoy seguro que la evasión es mayor allí donde el estado malgasta los fondos públicos.

En USA si no pagás los impuestos vas en cana, pero la gente en general siente que parte de esa guita le vuelve de alguna manera directa o indirecta a la sociedad. Si mañana en USA la guita se quemara como aquí, y mantuvieran su poder coercitivo, los gringos queman la Casa Blanca, o, en su versión más tranqui, lo sacan de allí en la siguiente elección.

Eso aquí no sucede, y así estamos